Fidel Chojnacki, Beato
Nació en
Lodi el día de todos los Santos de 1906, siendo
el último de seis hermanos. En el bautismo, que recibió
tres días después, recibió el nombre de Jerónimo.
En familia recibió una educación religiosa ejemplar, frecuentando la parroquia de la Santa Cruz. Terminada la escuela superior, se inscribió en la academia militar. Acabados los estudios, no logró encontrar trabajo. Gracias a la ayuda de parientes, consiguió una ocupación durante un año en Szczuczyn Nowogrodzki en el instituto de la Previsión Social (ZUS) y sucesivamente en la Central de Correos de Varsovia. Era un empleado muy apreciado a causa de su fidelidad. Entretanto, junto con su tío, el padre Estanislao Sprusinski, colaboraba en la gestión de la Acción Católica.
Participó en la campaña contra el alcohol, siendo el mismo abstemio. En su actividad dentro de la Acción Católica, sintió la necesidad de una vida interior más profunda. Por esta razón entró en la Tercera Orden de San Francisco, radicada en la iglesia de los Capuchinos de Varsovia. Sus nobles dotes de carácter le ganaron la confianza de la gente, logrando en ocasiones reconciliar a personas enemistadas. En ese tiempo trabó amistad con el hoy Beato padre Aniceto Koplinski, el famoso limosnero de Varsovia. Las relaciones constantes con los capuchinos hicieron nacer en él la vocación religiosa.
El 27 de agosto 1933, en Nowe Miasto, recibió el hábito capuchino y el nombre religioso de Fidel. No obstante sus 27 años y su experiencia de la vida, denotaba grande franqueza y simplicidad, relacionándose amigablemente con todos. En el período del noviciado se preocupó de conocer los principios de la vida interior y se dedicó con empeño al propio perfeccionamiento espiritual.
Emitió los votos temporales el 28 de agosto de 1934 y partió para Zakroczym donde estudió la filosofía. Aquí, con el consentimiento de los superiores, fundó un Círculo de Colaboración Intelectual para los Clérigos. Continuó ocupándose del problema de la abstinencia del alcohol y fundó un Círculo de los Abstemios. Además cooperó con la Orden Tercera Franciscana.
En familia recibió una educación religiosa ejemplar, frecuentando la parroquia de la Santa Cruz. Terminada la escuela superior, se inscribió en la academia militar. Acabados los estudios, no logró encontrar trabajo. Gracias a la ayuda de parientes, consiguió una ocupación durante un año en Szczuczyn Nowogrodzki en el instituto de la Previsión Social (ZUS) y sucesivamente en la Central de Correos de Varsovia. Era un empleado muy apreciado a causa de su fidelidad. Entretanto, junto con su tío, el padre Estanislao Sprusinski, colaboraba en la gestión de la Acción Católica.
Participó en la campaña contra el alcohol, siendo el mismo abstemio. En su actividad dentro de la Acción Católica, sintió la necesidad de una vida interior más profunda. Por esta razón entró en la Tercera Orden de San Francisco, radicada en la iglesia de los Capuchinos de Varsovia. Sus nobles dotes de carácter le ganaron la confianza de la gente, logrando en ocasiones reconciliar a personas enemistadas. En ese tiempo trabó amistad con el hoy Beato padre Aniceto Koplinski, el famoso limosnero de Varsovia. Las relaciones constantes con los capuchinos hicieron nacer en él la vocación religiosa.
El 27 de agosto 1933, en Nowe Miasto, recibió el hábito capuchino y el nombre religioso de Fidel. No obstante sus 27 años y su experiencia de la vida, denotaba grande franqueza y simplicidad, relacionándose amigablemente con todos. En el período del noviciado se preocupó de conocer los principios de la vida interior y se dedicó con empeño al propio perfeccionamiento espiritual.
Emitió los votos temporales el 28 de agosto de 1934 y partió para Zakroczym donde estudió la filosofía. Aquí, con el consentimiento de los superiores, fundó un Círculo de Colaboración Intelectual para los Clérigos. Continuó ocupándose del problema de la abstinencia del alcohol y fundó un Círculo de los Abstemios. Además cooperó con la Orden Tercera Franciscana.
El 25 de enero de 1940, fue
arrestado y encarcelado en el Castillo de Lublin. Soportó con
serenidad e incluso con un cierto buen humor las duras
condiciones de la cárcel, con falta de movimiento, de espacio
y de aire.
A los 5 meses, el 18 de junio de 1940, fue trasladado junto con todo el grupo al campo de concentración de Sachsenhausen, cerca de Berlín. Se trataba de un campo modelo, de verdadero cuño prusiano, sobre todo con una disciplina y un orden que acababan en el aniquilamiento del individuo. Aquí el Siervo de Dios perdió su optimismo. El trato inhumano de los prisioneros le afectaba, induciéndolo al pesimismo.
El 14 de diciembre de 1940, con un convoy de sacerdotes y religiosos, fue trasladado al campo de concentración de Dachau, cerca de Munich, donde su estado de ánimo siguió empeorando. Se le imprimió en un brazo el número de matrícula 22.473. Las noticias de las continuas victorias del frente militar alemán no dejaban entrever a los prisioneros esperanzas de salir del campo. El hambre, el trabajo y las persecuciones eran cada vez más insoportables. La capacidad de superarse le abandonaba junto con la energía vital. Un trabajo muy superior a sus fuerzas, el hambre, la penuria del vestido le procuraron a fray Fidel una grave enfermedad pulmonar.
A los 5 meses, el 18 de junio de 1940, fue trasladado junto con todo el grupo al campo de concentración de Sachsenhausen, cerca de Berlín. Se trataba de un campo modelo, de verdadero cuño prusiano, sobre todo con una disciplina y un orden que acababan en el aniquilamiento del individuo. Aquí el Siervo de Dios perdió su optimismo. El trato inhumano de los prisioneros le afectaba, induciéndolo al pesimismo.
El 14 de diciembre de 1940, con un convoy de sacerdotes y religiosos, fue trasladado al campo de concentración de Dachau, cerca de Munich, donde su estado de ánimo siguió empeorando. Se le imprimió en un brazo el número de matrícula 22.473. Las noticias de las continuas victorias del frente militar alemán no dejaban entrever a los prisioneros esperanzas de salir del campo. El hambre, el trabajo y las persecuciones eran cada vez más insoportables. La capacidad de superarse le abandonaba junto con la energía vital. Un trabajo muy superior a sus fuerzas, el hambre, la penuria del vestido le procuraron a fray Fidel una grave enfermedad pulmonar.
Una
mañana de invierno de 1942, mientras transportaba junto con un
compañero una pesadísima olla de café de la cocina, resbaló
de modo que el café hirviendo le salpicó causándole quemaduras
graves. El castigo duro que le impuso el jefe del
bloque debilitó más todavía su estado psicológico. El padre Cayetano
Ambrozkiewicz, el compañero de desventura que logró sobrevivir, narra así
el adiós del Siervo de Dios: "No olvidaré nunca aquella
tarde de domingo del verano de 1942, cuando fray Fidel
dejó nuestra barraca nº 28 para irse al bloque de
los inválidos. Se hallaba tan quieto y absorto, en sus
ojos había reflejos de serenidad, pero ya no eran reflejos
de este mundo. Nos besó a todos, despidiéndose con palabras
de San Francisco y diciendo: Alabado sea Jesucristo; hasta la
vista en el cielo".
Algún tiempo después, el 9 de julio de 1942, se extinguió en la enfermería del campo. Su cuerpo fue quemado en un horno crematorio.
Algún tiempo después, el 9 de julio de 1942, se extinguió en la enfermería del campo. Su cuerpo fue quemado en un horno crematorio.
Tomado de Catholic.net
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