sábado, 8 de agosto de 2015

Domingo XIX del Tiempo Ordinario (Ciclo B)






EVANGELIO 

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo 

+ Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 41-51

 En aquel tiempo, los judíos murmuraban contra Jesús porque había dicho: «Yo soy el pan bajado del cielo», y decían: 

—«¿No es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?»

 Jesús tomó la palabra y les dijo: 

—«No murmuréis. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. 

Y yo lo resucitaré el último día. 

Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios."

 Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí.

 No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre.

 Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna. 

Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. 

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. 

Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.» 

Palabra del Señor.
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Comentario:

   No debemos negar que muchas veces entender a Dios es difícil, los mismos santos les ha costado entender los designios de Dios, porque los llevaba por caminos que parecen contradictorios. Una frase muy conocida que hace referencia a esto de lo que hablamos es de Sta. Teresa de Avila: "Dios escribe de corrido en renglones torcidos..."

   Pero si somos sinceros, no solo entender a Dios es difícil, nosotros mismo no sabemos muchas veces lo que queremos y no digamos ya al que tenemos al lado.

   Los judíos al no entender a Jesús empiezan a murmurar. El termino "murmurar" es utilizado varias veces en el A.T, para referirse al pecado del pueblo de Israel cuando se quejan en el desierto contra Dios.

   La murmuración es un pecado grave, que puede parecer pequeño porque no tiene un manisfestacion llamativa  (como el asesinato, la lujuria, etc.) incluso lo podemos llegar a camuflar diciendo que lo que estamos diciendo es cierto.

   El murmurar detiene la conversión; va haciendo que poco a poco todo te parezca malo y aborrecible. Porque el que murmura quiere explicar y entender todo desde su lógica que muchas veces  es egoísta e interesada y como no puede entender las cosas desde su mirada cerrada, prefiere destruir las cosas alrededor con sus criticas creando un ambiente horrible a su alrededor.

   En pocas palabras el que murmura, se pone como centro de la historia y vive a disgusto por todo; no entiende por que pasa esto o aquello. No sabe que la historia, su historia; no se entiende solo desde su óptica, que muchas veces esta empañada por una obsesión mal sana de la justicia. La persona que se dedica a criticar, se pone en el lugar de Dios y al darse cuenta de que en realidad es un pobre, se llena de rabia contra Dios y es cuando empieza a brotar del corazón, el veneno espantoso de la murmuración.

   Puede que hoy estemos mas de uno bajo el peso de la murmuración, que estemos a disgusto porque la vida que vivimos no es ni la cuarta parte de lo que habíamos imaginado para nosotros. Si estas así te invito a bajarte de tu falso pedestal de semidios, a asistir a la eucaristía, a dar gracias a Dios por tantas cosas y a dejar a Dios ser Dios de tu vida de una vez por todas.
  

   Virgen Maria, que yo pueda guardar en mi corazón aquellas cosas que no entiendo.

PD: No olvides confesar.

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