jueves, 22 de agosto de 2013

Evangelio de hoy...

 

Del santo Evangelio según san Mateo 22, 1-14

Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo: «El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo. Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir. Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: "Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda." Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio; y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron. Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad. Entonces dice a sus siervos: "La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos. Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda." Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales. «Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda, le dice: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?" El se quedó callado. Entonces el rey dijo a los sirvientes: "Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes." Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos».


Palabra del Señor.

Comentario:  

   Algunas parábolas sobre el reino de los cielos, parecen absurdas; como es el caso de ésta. Un rey que celebra el banquete de bodas de su hijo; y ningún invitado se presenta, quién quisiera perderse una fiesta así, y segundo, en aquella época que los reyes eran poco menos que dioses, quién se atrevería a rechazar la invitación de un rey. Pero las parábolas presentan algunas veces situaciones absurdas, porque también nosotros, muchas veces; por no decir siempre, hacemos cosas muy absurdas. O es que acaso, no os parece absurdo, aquellas personas que se alejan de Dios por querer ser felices; otros que se creen superiores a los demás, por alguna razón, y cuando están muriendo se ven que eran iguales, que el mendigo que estaba junto a la puerta de su casa. Así, que nuestra vida, está plagada de cosas absurdas que hacemos y creemos.

   Pero, también me quisiera fijar en ese personaje que echan del banquete, ese comensal que no lleva traje de bodas. Quién de nosotros, no siente un poco de rabia, que después de haberle llevado a la boda casi "obligado", sea tratado de esa forma. Yo, también era uno de esos, que me parecía injusto ese proceder. Pero una vez leyendo un comentario sobre esta parábola, al llegar a este punto del comensal que no lleva traje de bodas, el comentarista, decía que en oriente, en la época de Jesús se acostumbraba que los reyes, dejasen en la entrada del banquete vestidos para que estos fueran utilizados por los invitados; es decir, que el mismo rey proporcionaba el vestido para tal ocasión. Si esto es así, se entiende porque es echado este invitado que no lleva traje de boda; y la razón es muy simple que no quiso utilizar, el vestido que el rey le daba, para la ocasión.

   El vestido en la biblia, tiene dos significados; hasta donde yo sé; uno es la dignidad del hombre y, otro la misericordia de Dios. En la parábola del hijo pródigo, éste nada más llegar, su padre lo manda a vestir con ropas nuevas; esto a su vez significa que su Padre le devuelve su dignidad perdida por el pecado, pero esta dignidad, no se le devuelve por ningún mérito propio, sino por pura misericordia de su Padre, que en vez de tratarle mal, lo recibe con amor y misericordia.

  Por tanto, el invitado que es echado fuera, simplemente no quiso acogerse a la misericordia de Dios, que se le daba gratis durante su vida en esta tierra.

   Virgen María, Refugio de pecadores; no dejes que nuestros pecados puedan apartarnos de tu Hijo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario