viernes, 14 de marzo de 2014

Evangelio de hoy...

 

Día litúrgico: Viernes I de Cuaresma

Texto del Evangelio (Mt 5,20-26): 

   En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antepasados: ‘No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal’. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame "renegado", será reo de la gehenna de fuego.
»Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda. Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo».
 
Comentario:
 
   Espero que el Señor me conceda la paciencia y perseverancia, para continuar con el blog.
 
   Bien, dicho lo dicho; debo comenzar haciendo una pequeña confesión. Desde hace algún tiempo, me vengo sintiendo como si estuviera atrapado en una vida que no me toca vivir; es como esa película que aquí en España se conoció como "El día de la marmota", pero creo que en Venezuela se llamaba "Siempre en martes".
 
   Espero que nadie se rasgue las vestiduras, o entre en crisis por lo dicho arriba, pero creo que es una sensación que todos llegamos a tener alguna vez, y más de una vez; que estamos atrapados en una vida ajena a la nuestra, y que no vivimos sino que nos viven; los acontecimientos y circunstancias nos empujan y obligan a hacer cosas que no queremos.
 
   Y esto que tiene que ver con el evangelio de hoy. Jesús, exhorta a sus discípulos a tener una justicia mayor que la de los escribas y fariseos (Os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos.) Nosotros al oír hablar de justicia,en seguida se nos va la cabeza de forma inevitable a la ley, a la norma, a cumplir una serie de reglas, de forma rigurosa y milimétrica, ya que Jesús nos invita a ser mejores que los escribas y fariseos; se supone que para ser mejores que estos habría que ser mucho más rigurosos que escribas y fariseos.
 
   Pero el detalle está, que la justicia en la biblia no tiene el mismo significado que para nosotros, que tenemos una mentalidad occidental. La justicia, el justo es aquel que vive según la voluntad de Dios y tiene unas características, que definen su vida como justo ante Dios.
 
  En el Génesis 6, 9 se dice que Noé fue justo e integro entre sus contemporáneos; él caminaba con Dios. Pero que hizo Noé para que fuera hallado justo. El hombre justo según la biblia entre otras cosas, es aquel que escucha, que sabe escuchar; Isaías lo expresa muy bien en 50, 5: 
 El Señor Dios me ha abierto el oído;
y no fui desobediente,
ni me volví atrás.

Dios también da este mandato a Israel "Escucha Israel" (Dt 6,5). Entonces, aquí está uno de los puntos centrales para tener una justicia mayor que la de los escribas y fariseos, escuchar o no escuchar; esto es lo que separa a un justo de un impío.

   Pero escuchar no es algo tan fácil, algo que se pueda realizar con tener claras las ideas y aplicarlas. Muchas veces escuchar supone un acto violento; como el caso de Noé, que tuvo que construir una barca, cuando no había ni un lago en muchos kilómetros a la redonda. Es por ello que escuchar no es actitud pacífica, sino que nos implica a nosotros, a nuestras vidas.

   Vez ahora porque te contaba que a veces me siento como atrapado en una vida que no es la mía; porque no escucho la voz de Dios, sino la del demonio que cada día, nada mas sonar el despertador; ya empieza a decirme vaya día que te espera, visitar enfermos, esto, lo otro; y ya se me cierran los oídos para oír la voz de Dios y así pasarme todo el día escuchando al diablo, y no parar todo el día de quejarme de todo, por todos.

   Que Dios nos conceda al abrir en oído como Noé, que contra viento y marea oyó la voz de Dios, y cuando todo lo tenían por loco, el siguió adelante porque era obediente a Dios.

   Virgen María, intercede por nosotros para que abramos el oído a la voz de Dios.

   


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