martes, 16 de febrero de 2016

Evangelio de hoy Martes de la 1ª semana de Cuaresma


Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,7-15):

   En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros rezad así: "Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno." Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.»

Palabra del Señor

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Comentario:

   Supongo, que a muchos de vosotros os pasará lo que a mi. Nada mas despertarme, ya me levanto con un montón de agobios; qué si esto, qué si aquello, cómo resolver esto que tanto me preocupa, cómo llegar a lo otro, cómo haré para quedar bien con todo y con todos.

   Pero fijaros qué evangelio nos regala el Señor para comenzar el día. La oración del Padre Nuestro. Si hermanos Dios es nuestro Padre, incluso le podemos llamar Papá, Papaito. Es tan cercano a nosotros que se deja tratar con familiaridad y cercanía.

   Pero esto no acaba allí, continua y dice la oración: "Padre nuestro que estás en el cielo...". Esta oración que Jesús mismo nos enseña, nos invita a levantar la mirada al cielo. Y esto hace que surja una pregunta en mi. ¿Tu Padre dónde está en el cielo o en la tierra?

   Dependiendo de dónde esté, así será tu vida y la mía. Si nuestro padre está en la tierra; viviremos agobiados cansados, llenos de preocupaciones, rabiosos porque nada es como queremos. Este padre de la tierra ya sabemos quien es, es el diablo que todo lo estropea, que desde la mañana hasta por la noche hace que vivamos agobiados por la desconfianza que siembra en nuestro corazón. Este padre de la tierra, cada día te empuja a que seas tu solo quien lleve todo, no puedes fallar en nada; ya que los débiles no tienen cabida para él.

   Pero si tu Padre está en el cielo; levanta la mirada, entrégale a Él todos tus afanes y preocupaciones. Y si las cosas te salen al revés de como habías planificado tranquilo/a; que allí también estará Él para sacar de tus errores y pecados la Vida.

   Os quiero dejar hoy con un pensamiento de Juan XXIII, que aparece en su decálogo de la serenidad: 

   1) Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente al día, sin querer resolver los problemas de mi vida todos de una vez.

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