Del santo Evangelio según san Mateo 22, 34-40
En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba: Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley? Él le dijo: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser." Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.
Palabra del Señor.
Comentario:
Ayer por la noche, como me costaba conciliar el sueño; me puse a escuchar un programa de radio sobre ciencia, en una emisora católica. Estaban entrevistando a un sacerdote, que era a su vez científico; el moderador del programa le preguntó que pensaba de la evolución; éste vino a decir algo así, de que, es imposible pensar que el mundo ha sido creado por el azar; y dijo una cosa, que me gusto oír, en el mundo hay signos, de que ha sido creado por Alguien que quiere dejarse amar y, amar al hombre.
Esto de arriba, que os he contado es porque el evangelio de este día, se le acerca uno a preguntar a Jesús, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?; a lo cual Jesús responde: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser." A esta respuesta de Jesús, hay algo que le antecede, pero que aquí no se habla de manera explícita; si Dios, nos pide el amarle con todo nuestro ser; ¿quién nos ama a nosotros?. Pareciera como si nosotros debemos a amar a Dios, al prójimo y a nosotros mismo; pero debe haber un Amor más grande que nos anteceda; porque incluso nosotros mismos no nos sabemos amar.
Es aquí, donde entra esto que decía al principio, el amor ha sido la causa de que todo exista, el amor ha sido la causa de que tu y yo, hoy podamos existir. Y no solamente la causa inicial, sino también la final, y la causa que cada día da sentido a nuestra vida. Si el amor de Dios no existe, esta vida sería horrible, sería una tragedia sin sentido alguno, donde lo único que hemos venido a este mundo es a sufrir, y de vez en cuando robarle a un poco de alegría a esta vida tan desdichada.
Por esto, el amor de Dios es lo que da cohesión, y sentido a la vida de todos nosotros, cuando tu y yo buscamos la vida fuera de este amor, siempre, pero siempre lo que vamos a encontrar es la tristeza. Si hoy, ves que tu vida esta patas arriba, no busques soluciones estériles, o chivos expiatorios a quien culpar, refugiate en Dios que es el único que puede sanar las heridas abiertas por los sufrimientos y las tristezas.
Virgen María, Auxilio de los cristianos; no dejes que la tristeza y la desesperanza invada nuestras vidas.
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