lunes, 19 de agosto de 2013

Evangelio de hoy...


 


Del santo Evangelio según san Mateo 19, 16-22

En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna? Jesús le contestó: ¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Él le preguntó: ¿Cuáles? Jesús le contestó: "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama al prójimo como a ti mismo". El muchacho le dijo: Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta? Jesús le contestó: Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres -así tendrás un tesoro en el cielo- y luego vente conmigo. Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico.


Palabra del Señor.

   El joven, protagonista de nuestro evangelio; se acerca a Jesucristo, preguntando por lo que debe hacer para obtener la vida eterna. Pero es curioso, que este joven se acerque a Jesús, preguntando esto, cuando él llevaba una vida según los mandamientos; entonces, qué habrá movido a este chico a hacer tal pregunta.

   Para mi parecer, el motivo que lleva a este chico, a preguntarse ¿qué debe hacer, para obtener vida eterna?, es que se ha dado cuenta de que es bueno, pero no tiene a Dios, no está en el centro de su vida. El ser bueno para él, es cosa suya; que ha logrado con esfuerzo y, por tanto se considera el autor de su salvación; pero esto a la larga termina cansándonos, porque el hombre por sí solo no puede salvarse; sin Mí, nada podéis hacer... (Jn. 15, 5).

   Otro dato curioso, es que el evangelio nos dice que es joven, es decir, que probablemente no pasará de los dieciocho años, porque las esperanzas de vida no eran muy largas, en tiempo de Cristo. Y este dato es muy importante creo yo, porque si es así, este chico no habría vivido casi nada, no tenía experiencia; y pensaría que con sus solas fuerzas se bastaría, para el resto de sus años. Esto nos ha pasado a todos, en algún momento y, nos sigue pasando que nos creemos autónomos, que a Dios solo lo necesitamos para que venga, nos ponga un parche; y a seguir pa´lante.

   Es por esto, que Jesús con la invitación a vender sus bienes; le invita a poner a Dios como lo primero, lo único. Ese es el gran engaño del demonio, que nos hace creer que sí, que hay que creer en Dios, pero de una manera cautelosa, no confiarnos a El del todo; ya que nosotros solos con nuestras buenas intenciones y, un poco de empeño seremos capaces de llevar adelante nuestras vidas.

   Así, que hermanos: Si quieres llegar hasta el final, ; dejémonos de tonterías y pongamos a Dios, como lo único y, lo primero.

   Virgen María, Reina de los cristianos; no nos deje nunca durante nuestro peregrinar por esta tierra.  

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