Del santo Evangelio según san Mateo 13, 1-9
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él, que hubo de subir a sentarse en una barca, y toda la gente quedaba en la ribera. Y les habló muchas cosas en parábolas. Decía: «Una vez salió un sembrador a sembrar. Y al sembrar, unas semillas cayeron a lo largo del camino; vinieron las aves y se las comieron. Otras cayeron en pedregal, donde no tenían mucha tierra, y brotaron enseguida por no tener hondura de tierra; pero en cuanto salió el sol se agostaron y, por no tener raíz, se secaron. Otras cayeron entre abrojos; crecieron los abrojos y las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta. El que tenga oídos, que oiga».
Palabra del Señor.
Comentario:
Este evangelio es una invitación a vivir alertas, a no distraernos con los agobios y preocupaciones de la vida; y pensemos que eso es lo único que hay. Pero, ¿qué es lo que hace que una tierra sea buena o mala?, el mismo Jesús lo explica cuando aclara la parábola a sus discípulos: Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.
Me atrevería a agregar (que Dios perdone mi arrogancia), que la respuesta está también en el evangelio de ayer, unas de las piezas claves en la vida de todo cristiano es la permanencia o perseverancia; sin esta gracia nadie podrá dar esos frutos; aunque muchas veces podamos caer; y esto es lo que hace que una tierra que parecía mala pueda ser buena.
Fijaros la Biblia esta llena de personajes, que fueron una tierra inapropiada para que floreciera la palabra de Dios, pero gracias a su perseverancia, está tierra se torno en fértil. Como es el caso de David, un asesino y adúltero; pero que se agarró fuertemente a Dios cuando vio que su vida se hacía pedazos; el mismo Pedro, que aparece en varias oportunidades como un hombre afanoso por ser protagonista, fanfarrón, traidor (que en términos más teológicos sería un apóstata), y luego pasará a dar la vida por su Maestro, incluso considerándose indigno de morir como El, y pide morir clavado en la cruz pero de cabeza.
Así, que si hoy crees que eres tierra mala, porque ves que nos das frutos; pues, permanece al lado del Sembrador, que hará de ti una tierra buena, que acepta que la semilla caiga y sea acogida en sus entrañas para que florezca. Y recuerda que lo que mejor abona una semilla es el estiércol.
Virgen María, Madre del Buen Consejo líbranos de la tentación de apartarnos del Sembrador.
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