Heinrado, Santo
El loco por Cristo
El Evangelio es levadura que purifica y eleva a quienes se dejan llevar por su vida y enseñanza.
Este joven, originario de Suabia, fue, sin lugar a dudas, una de las figuras más populares en toda la Edad Media
Sus padres eran simples trabajadores. No sospechaban que su hijo inclinara su vida por el sacerdocio. L razón es muy sencilla: era algo que no se estilaba en aquellos ambientes. Más o menos como ocurre hoy día.
Como muchos otros, salió en peregrinación para Tierra Santa. Debió vivir allí tan intensamente las huellas de Cristo, que, a su vuelta, le pusieron por nombre “El Loco por Cristo”.
Durante cuarenta años, se dedicó a recorrer Alemania en plan de peregrino. Era tan sencillo y tan bueno que todo el mundo lo trataba como al propio Jesús.
En sus correrías apostólicas y sacrificadas, se acercó a un monasterio en Renania, Alemania.
Cundo estuvo ante la presencia del abad de dicho lugar santo, Heinrado le increpó su poca santidad de vida. Y mandó que le diera una paliza.
Otra vez en Wesffalia, un cura le lanzó los perros para que dejase cuanto antes la parroquia.
La misma emperatriz Cunegunda ordenó que lo azotaran porque había dicho que él era hermano del emperador. Cuando el castigo hubo terminado, le dice a ella:" Tenemos el mismo Padre en los cielos". Santa Cunegunda lo lamentó y le pidió perdón.
Y tal como había sido, así murió; solo y abandonado en una cabaña.
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