Un cazador vio a abba Antonio que se recreaba en el desierto con los hermanos y se escandalizó. El anciano le hizo ver la realidad con un hecho: Pon tu flecha en tu arco y ténsalo. Él así lo hizo. Le repitió: Ténsalo de nuevo...todavía más. El cazador respondió: Si tenso mi arco más de lo que resiste, lo romperé. El anciano le dijo: “Lo mismo ocurre con las cosas del Señor. Si aplicamos a los hermanos una medida superior a la que pueden soportar, pronto se quebrarán. Es necesario, pues, condescender de vez en cuando con sus necesidades. Al oír estas palabras el cazador se sintió lleno de compunción. Grandemente edificado por el anciano, se marchó. En cuanto a los hermanos volvieron a sus celdas fortificados.
jueves, 27 de junio de 2013
Florecilla de hoy...
Un cazador vio a abba Antonio que se recreaba en el desierto con los hermanos y se escandalizó. El anciano le hizo ver la realidad con un hecho: Pon tu flecha en tu arco y ténsalo. Él así lo hizo. Le repitió: Ténsalo de nuevo...todavía más. El cazador respondió: Si tenso mi arco más de lo que resiste, lo romperé. El anciano le dijo: “Lo mismo ocurre con las cosas del Señor. Si aplicamos a los hermanos una medida superior a la que pueden soportar, pronto se quebrarán. Es necesario, pues, condescender de vez en cuando con sus necesidades. Al oír estas palabras el cazador se sintió lleno de compunción. Grandemente edificado por el anciano, se marchó. En cuanto a los hermanos volvieron a sus celdas fortificados.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario