miércoles, 26 de junio de 2013

Evangelio de hoy...


   (Mt 7,15-20): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis.

   En pocas ocasiones Jesús nos manda a cuidarnos de algo tan explícitamente. Pero ¿por qué debemos cuidarnos de estos falsos profetas?. Creo que es porque estos profetas se convierten en explotadores de de las ovejas, es decir, lo que no viven ellos lo exigen para los demás. Jesús nos lo dice muy claro: Atan cargas pesadas y las ponen sobre la espalda de los demás, pero ellos mismos no están dispuestos a mover ni un dedo para levantarlas (Mt 23, 4).

   
Un falso profeta, es aquel que no usa de misericordia, que sólo sabe exigir, y por tanto no ayuda a los demás, sino que los lleva al camino de la desesperación y la tristeza, porque no se acuerda de sus miserias, sino que sólo ve la de los demás, y esto le lleva a escandalizarse; y por ello se convierte en una especie de tirano, que exige una cosa que él no hace.

  En estos años de sacerdocio, me he tropezado con alguno de estos falsos profetas, que te exigen, te demandan un comportamiento algo así cómo si fueras una máquina, que no puede cometer ningún error. Estos lo que logran, es que las personas se cansen, se fatiguen, y vivan de una manera sombría.

  No hay nada más peligroso para cualquier persona, que odiar su propia debilidad, el no aceptarse como es. Esto no quiere decir que uno no busque un cambio en su vida, pero el motor de este, no puede ser el odio hacia uno mismo. Los santos jamás se odiaron así mismos, todo lo contrario se tenían para sí, una gran misericordia, y que luego usaban con los demás.

  No hay nada más difícil, y cansado que mantener en pie una mentira, por eso es tan peligroso dejarse llevar por un falso profeta, porque de alguna manera te invitan a fingir que vives en la Verdad, y eso es agotador. 

  Por último quiero terminar con una sentencia de San Francisco de Sales, que a mi me encanta recordar de vez en cuando: De que le vale a una persona llevar una carreta cargada con todas las virtudes, si esta esta tirada por la soberbia, vale más una carreta cargada de pecados, tirada por la humildad.

  María Refugio de pecadores, ora por nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario