En el evangelio de hoy, aparece un grupo de personas que preguntan a Jesús, ¿Con qué autoridad haces estos? La pregunta surge porque Jesús, había echado a los mercaderes del templo, y este gesto habla de una acción profética como en el caso del Profeta Elías.
De todas formas lo curioso es ver la gran soberbia que tienen estos personajes; cuando Jesús a su vez les hace una pregunta y ellos no contestan para no dar su brazo a torser (Responden, pues, a Jesús: «No sabemos»). Fijaros que a Jesús se acercan, pecadores públicos, personas débiles, enfermas, adulteras. El mismo Pedro después de haber apostatado, también Cristo le perdona y, lo hace el primer Papa.
Por eso no me extraña que digan los santos que la raíz de todos los pecados está en la soberbia. San Agustín comentando el Salmo 138, 6: El Señor es sublime, se fija en el humilde, y de lejos conoce al soberbio. Dice cómo es posible que Dios Padre de todas sus criaturas, no permita acercar a los soberbios, entonces San Agustín dira: Ya sé, no es que Dios no se acerque al soberbio, sino que el soberbio no se puede acercar a El.
Hermanos, que nuestra Santa Madre, rica en humildad aleje de nosotros el demonio de la soberbia.
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