Calixto I, Santo
 Calixto nació en Trastevere en la segunda mitad del siglo 
II, y su padre era un tal Domicio. Era de 
humilde condición, pero muy apreciado por el correligionario o Carpóforo, 
que le confió la administración de sus bienes. Pero algo 
no marchó bien, pues poco después el pobre Calixto fue 
condenado a hacerle dar vueltas a una rueda de molino 
para pagar al patrón y a la comunidad cristiana los 
perjuicios ocasionados. Poco tiempo después Calixto tuvo que soportar otra 
dura condena, la flagelación y la deportación a Cerdeña, por 
las acusaciones de los judíos.
La comunidad cristiana lo rescató, incluso con la intervención de Marcia, la concubina de Commodo, y entonces Calixto colaboró con el Papa Víctor y con Ceferino, a quien sucedió como Papa en el 217.
Su elección provocó el cisma de Hipólito, que reprochaba a Calixto su origen servil y sobre todo su flexibilidad con los pecadores. San Calixto tuvo también que luchar contra la herejía sabeliana. Murió “mártir”, no a mano de la autoridad imperial como asegura el Martirologio Romano, sino durante una sublevación popular.
La comunidad cristiana lo rescató, incluso con la intervención de Marcia, la concubina de Commodo, y entonces Calixto colaboró con el Papa Víctor y con Ceferino, a quien sucedió como Papa en el 217.
Su elección provocó el cisma de Hipólito, que reprochaba a Calixto su origen servil y sobre todo su flexibilidad con los pecadores. San Calixto tuvo también que luchar contra la herejía sabeliana. Murió “mártir”, no a mano de la autoridad imperial como asegura el Martirologio Romano, sino durante una sublevación popular.
 
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