Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».
Palabra del Señor.
__________________________________________________________________________Comentario:
Todos las personas soñamos con la plenitud, vivir plenamente, ser plenos. Jesús hoy nos dice que él ha venido a dar plenitud a la ley y los profetas. Esto no solo se reduce a los mandamientos y normas del pueblo de Israel.
Israel, es el pueblo escogido por Dios y desde de Abraham hasta hoy, todos han buscado la plenitud de las promesas hechas a sus padres. Esa plenitud se cumple en Cristo. Dios escogió a su pueblo por amor, no por ser el pueblo más sabio o grande; los sacó de la esclavitud de Egipto, los llevó por el desierto, etc. Y en el colmo de esas promesas, les mandó a su Hijo único, para demostrar el amor tan grande que les tiene y que nos tiene.
Pero ahora podemos pensar y esto en qué cambia mi vida. Nosotros somos el pueblo por adopción. Por lo tanto esas promesas también son para nosotros. Esa plenitud que trae Jesús, es para nosotros también.
Todos vivimos en la búsqueda de esa plenitud, en la realización plena de nuestras vidas. Y solo la encontraremos en la medida en la que nos encontramos con Cristo, con su persona. Al Papa emérito Benedicto XVI, le gusta insistir en esta idea, de que el hombre está necesitado de redención, de ser liberado; y esa liberación es encontrarnos con la persona de Jesucristo. La liberación, no viene de las ideas, de la economía, de lo bien que tu hagas las cosas, sino de experimentar el amor de Jesús en tu vida.
¿Qué cosas te esclavizan hoy? ¿qué miedos embargan tu corazón?. Ponlos en manos de Dios que él te librará de todos ellos.
Virgen María, que cuando la duda se aloje en mi corazón ven en mi ayuda con la esperanza.
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