Florecilla de hoy...
Al hacer silencio en la oración, acallo mis heridas, mi 
  dolor, mis "por qués", mis frustraciones y fijo mi mirada en el Divino doctor. 
  Dejo así que sea Él quien me pregunte por mis heridas, cicatrices, mi 
  historia. 
P. Guillermo Serra, LC
 
 
 
          
      
 
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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