Del Santo Evangelio según san Mateo (Mt 9,14-17):
En aquel tiempo, se le acercan los discípulos de Juan y le dicen: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, y tus discípulos no ayunan?». Jesús les dijo: «Pueden acaso los invitados a la boda ponerse tristes mientras el novio está con ellos? Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán. Nadie echa un remiendo de paño sin tundir en un vestido viejo, porque lo añadido tira del vestido, y se produce un desgarrón peor. Ni tampoco se echa vino nuevo en pellejos viejos; pues de otro modo, los pellejos revientan, el vino se derrama, y los pellejos se echan a perder; sino que el vino nuevo se echa en pellejos nuevos, y así ambos se conservan».
Jesús, al definirse como el Novio, está reconociendo que es el Mesías, tan esperado por el pueblo de Israel. Todo el Antiguo Testamento esta escrito en clave matrimonial, donde Dios se presenta como el Esposo e Israel como su esposa.
Por eso Jesús dirá, eso del remiendo de paño sin tundir, en un vestido viejo, y lo del vino nuevo en odres viejos. Porque es verdad que los judíos esperaban un Mesías, pero no tenía que ver nada con lo que era en verdad Jesucristo. Estos esperaban un Mesías al estilo militar, que llegase y restableciera a Israel como una potencia política y económica. Es por esto que Jesús dice esto del odre viejo y el vestido viejo; porque para recibir a Jesús como el Mesías había que abandonar las ideas triunfalistas al modo de ver humano.
Es esto mismo que pasa con nosotros, que muchas veces estamos pidiendo a Dios que venga en nuestra auxilio, que nos ayude; pero tenemos unas ideas preconcebidas de cómo debe hacer las cosas, por dónde nos debe llevar. Para poder recibir al Mesías, nosotros debemos dejarnos guiar por El, aunque de momento no lo entiendas, porque a lo mejor donde tú y yo, vemos un fracaso, resulta que es donde más triunfa el Señor, y se convierte, en una fuente de gracia para ti y para mi.
Hay muchas cosas en la vida de fe, que a la simple vista de la persona, puede parecer contradictorio, allí donde muchas veces vemos que no vamos a poder, que parece que nos vamos a hundir resulta que es donde Dios aparece, y triunfa sobre nuestros miedos y fracasos. Muchas veces nuestros fracasos, serán el triunfo de Dios, ya que así nos damos cuenta del gran poder que Dios tiene, porque como dice el Salmo 84, 6: Pasando por el valle del llanto El lo cambia en bendición...
María Estrella del la mañana, ilumina nuestros pasos en los días de oscuridad.
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