(Mt 6,7-15): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.
Todos estos días, se nos esta presentando el Sermón de la Montaña. Días atrás hemos oído de Jesús que nos dice el amar al enemigo, no juzgar al hermano, no adulterarás, etc. Corremos el peligro de reducir este sermón a un simple legalismo, si ya teníamos bastante con los diez mandamientos, encima ahora esto.
Precisamente, el evangelio de hoy es una pieza fundamental en el Sermón de la Montaña, fijaros que está en el centro del Sermón, hace como de bisagra, o pilar fundamental. ¿Por qué? por la oración, todo el sermón sin la oración es como un esqueleto sin carne. Una de las patas flojas de la mesa del cristianismo es precisamente esta, NO REZAMOS; decía uno "dime cuánto rezas y te diré, cuánto necesitas del Señor".
Muchos cristianos consideran la oración como algo obsoleto, pasado de moda, o simple pérdida de tiempo. Cuántas horas delante del ordenador (computador), de la Tele. Y para rezar nunca tenemos tiempo. El cristiano es uno que está en combate permanente porque el diablo no descansa, y que es lo primero que hace el enemigo cuando quiere sembrar la confusión en nosotros , es cortar las líneas de comunicación; que no haya contacto entre alto mando y sus soldados. Por esto tantas veces, nos cuesta un mundo rezar, porque el diablo hará todo lo posible para que tú y yo, perdamos la comunión con Dios.
Y para terminar quiero recordar unas palabras del Padre Peyton: "Familia que reza unida, permanece unida".
Madre de todos los hombres, enseñanos a decir Amén.
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