En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá...
Levantarse, ponerse en camino, en la biblia hace referencia a hacer la voluntad de Dios. Abrahan sale de su casa y de su parentela, Moisés se pone en camino con el pueblo de Israel, el Angel le dira a Elías levántate come y bebe, que te queda un largo camino por delante.
Vemos así, que ponerse a caminar es hacer la voluntad de Dios. Pero muchas veces nosotros, solo hemos emprendido el camino pero no sabemos que derroteros llevará. Muchos describen a María, con rasgos muy sobrenaturales, como si ella supiera todo lo que iba a suceder muchos antes de que ocurra, entonces, que mérito tiene una confianza así. Yo creo que María, como cualquier chica de su época se quería casar, porque esa era la manera de que viniera el Mesías, no cerrándose a la vida.
¿Y esto que tiene qué ver con nosotros?. Quizás tú, también te has puesto en camino, te has casado, estás estudiando, has tenido un hijo, éstas soltera/o aún y no lo entiendes, quisiste ser sacerdote, o religiosa y no ha podido ser, en fin tantas cosas que no sabemos el por qué de nada. Cómo los discipulos de Emaús, que al no entender nada prefieren caminar de espaldas a la cruz, y volver a sus casas.
Esta es la tentación del demonio que tú dejes de caminar, porque ves que todo te sale mal, porque has metido la pata (pero hasta el fondo). Pues, tienes dos opciones dejar de andar, sinónimo de tristeza y apatía, o reemprender de nuevo el camino. María estaría toda contrarieda ante el cambio tan rádical que había dado su vida, pero continúa caminando y es cuando aparece la alegría (¡Aclama, mi alma la grandeza del Señor..!).
Te aseguro, que si tu opción es quedarte sentado la alegría no llegará, puede que el placer, pero no la verdadera alegría... Y como decía un santo (creo que Sto. Tomás), vale más ir cojeando por el buen camino, que corriendo con los dos pies por el malo.
Que nuestra Madre la Virgen, nos enseña a andar.
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