(Mt 6,1-6.16-18): En aquel tiempo, Jesús dijo a
sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los
hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis
recompensa de vuestro Padre celestial.
Uno de las consecuencias del pecado original es que casi siempre vemos a Dios, como un rival, como alguien que llega a tu vida sólo para destrozarla, para hacerte sufrir; quizás algunos no lo vean así, pero si recelan de Dios; ¡Mientras más lejos de El estaré mejor...!
Recuerdo una anécdota en mi primer año de teología. Primer día de clases de Sagrada Escritura, y el profesor pregunta ¿En qué consiste la experiencia del cristianismo?, y salta una monja con voz de drama dice SUFRIR... Recuerdo que el profesor levantando la voz, le dijo ya estamos con lo mismo. Casi todos nosotros al igual que esta monja, tenemos esa idea, en el cristianismo de lo que se trata de es de sufrir, de pasarlo mal y cuanto más mejor.
En este evangelio Jesús nos muestra un Dios Padre, que quiere recompensar a sus hijos: "Y vuestra Padre que ve en lo secreto te recompensará..." Esto es algo que siempre me ha ayudado, ante el demonio que siempre nos quiere hacer creer que Dios sólo quiere entrar en tu vida para tirarlo todo por tierra, cómo si fuera un déspota, alguien que le importa tres pimientos tu vida, tus ilusiones, etc.
El hombre actúa, trabaja, vive mejor si está motivado, y esta es la motivación de todo cristiano saber que estamos en las manos del Padre, que conoce muy bien cada corazón y lo recompensa según cada cual. Y que de todo saca un bien para sus hijos, aunque en el momento presente no entendamos nada, y nos parezca que lo que nos sucede es absurdo, si nos fiamos de Dios os aseguro que El pondrá orden y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará.
Madre del Buen Consejo, ayudanos para que podamos perder el miedo que tenemos de Dios.
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