sábado, 28 de septiembre de 2013

Evangelio del día...

 
Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,43b-45):

En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: «Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres.»
Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no cogían el sentido. Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.

Palabra del Señor
Comentario:
   El evangelista Lucas, hace la salvedad en este evangelio; que los discípulos no entendían lo que Jesús quería decirles. Y la traducción pone que les resultaba oscuro, aunque otros prefieren decir, que les estaba "velado", de tal forma que no comprendían.
   Y digo yo, ¿ a quién no le resultaría oscuro, o velado?. Imaginaos la situación. Los apóstoles eran simples pescadores, que solo los conocían en su casa y poco más, Mateo quizás el que más tenía fama por ser recaudador, su reputación desde luego no sería muy buena; lo llamarían de ladrón para arriba, es decir, que no estaría muy orgulloso de su renombre.
   Y ahora, que se han juntado con Jesús; con uno que hace milagros, cura leprosos (enfermedad incurable entonces), echa demonios, alimenta a cientos con solo cinco panes y dos peces. Es decir, que los discípulos empiezan a gustar de las mieles de la fama, del prestigio. Cuántos al verlos pasar no les adularían, los recibirían como verdaderos héroes, en muchos pueblos al oír lo que había hecho su maestro.
   Y ahora, viene Jesús y dice: «Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres.» Estos pobres, que somos también tu y yo; no se metían esto en la cabeza, ni que so le repitieran más de cien veces, estaban embriagados con la fama que cobraban sus vidas cada vez más.
  Muchos de nosotros, somos estos apóstoles que quieren vivir del reconocimiento, de la fama. Y cuando nuestras vidas (como la de todos, aun la de los famosos), no nos proporciona, esta fama, este reconocimiento. Nos amargamos, despreciamos nuestras vidas y todo lo que nos rodea; ya que nos parece una vida sin sentido, y aburrida, Y empezamos a envidiar la vida del otro, porque al otro todo le sale bien. Y cada vez más, nos vamos hundiendo en el tedio, y la tristeza porque consideras que a ti te han engañado, que mereces algo más.
  Me da risa los horóscopos, y los que se le dan de brujos; porque siempre comienzan diciendo, que tu vida no es como tú quisieras, que tú podrías dar más, pero te sientes frustrado/a. ¿Y quién no?. pero esto pasa, cuando la vida solo es vivida para buscar el reconocimiento, la fama. Una vida, vivida así nos lleva a la locura.
   En el evangelio de hoy, Jesús nos quiere mostrar, que solo en Él está la vida. Y muchos diremos, pero mira como está mi vida, no me gusta por esto o por aquello. Y qué quieres que te diga, busca a Cristo, sólo en Él está la vida. Mira la vida de tantos santos encarcelados, enfermos, fracasados; pero eso sí, contentos de tener a Cristo con ellos.
   Virgen María, Tú que al Ángell el dijiste: "aquí está la esclava del Señor..."; concédenos poder abrir nuestro corazón a Cristo.  
 

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