Evangelio 12, 24-26
Si el grano de trigo no cae en tierra y muere queda infecundo...
Comentario:
Todas las tentaciones tienen cosas en común, y una de ellas es que nos hacen creer que si no caemos en ellas vamos a ser unos desgraciados; en pocas palabras yo tengo derecho a buscar mi felicidad, repito mi felicidad donde me de la gana; porque si no seré un pobre desgraciado. Es por esto que la tentación nunca se presenta al principio como algo malo, sino como algo que me ofrece la plenitud de mi yo.
Dicho lo dicho, el evangelio de hoy nos dice que si la semilla de trigo no cae en tierra y muere, queda infecunda. Hay un salmo que me viene a la memoria con este evangelio:
Salmo 18
2El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
3el día al día le pasa el mensaje. El cielo proclama la gloria de Dios,
la noche a la noche se lo susurra.
sin que resuene su voz,
5 a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.
¿Cuál es ese mensaje de la creación que no necesita palabras?
En la creación nada existe para sí mismo, sino por y para el otro; el sol no sale cada mañana para sí mismo sino para los demás, la lluvia no cae para vanagloriarse de sí misma, un manzano no da manzanas para sí mismo... Como veis todo existe en función de los demás, y su mayor felicidad (por decirlo de algún modo) es que su existencia tiene sentido porque puede darse a los demás.
Este es el pecado de las vírgenes necias, se quedaron sin aceite por vivir para sí, porque no se fiaban de que Dios puede proveer aun en las situaciones más duras; y decidieron buscarse la vida ellas solas, pensando que así se garantizaban la felicidad que tanto ansiaban y dejaron de hacer obras buenas fruto del amor de Dios en sus vidas.
Un feliz día para todos y que Dios los bendiga
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